¡La Victoria Es Segura!

¡La Victoria Es Segura! Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/ Toda esta gente va a saber que el Señor no necesita de espadas ni de lanzas para salvarlos. La victoria es del Señor, y Él va a ponerlos a ustedes en nuestras manos. (1 Samuel 17:47) RVC Este pasaje de las Sagradas Escrituras…

¡La Victoria Es Segura!

Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/

Toda esta gente va a saber que el Señor no necesita de espadas ni de lanzas para salvarlos. La victoria es del Señor, y Él va a ponerlos a ustedes en nuestras manos. (1 Samuel 17:47) RVC

Este pasaje de las Sagradas Escrituras hace referencia a aquella ocasión histórica cuando David obtuvo la victoria sobre los filisteos al vencer a su paladín, el gigante Goliat. De esta manera Dios mostró una vez más que él no necesita de armas humanas para pelear sus batallas. Pues si así fuera, su gloria sería compartida con los hombres. ¡Es un hecho! “Yo, el Señor; este es mi nombre. No daré mi gloria a otros ni mi alabanza a los ídolos.” (Isaías 42:8) RVA-2015

Dios es Todopoderoso y sus armas espirituales son suficientes para vencer y permanecer en victoria, tal como le fue dicho a Zorobabel:

Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. (Zacarías 4:6)

Cuando Dios dice que de Él es la batalla, su declaración se constituye en nuestra fiel garantía de victoria. Entonces, ¡Permanezcamos tranquilos sin temer!

Nuestra confianza no debe estar puesta en nuestras propias fuerzas, sino en las de Dios y en la potencia de su Santo Espíritu. Por medio de Él nosotros podemos destruir cualquier obra del enemigo. Todo aquello que represente amenaza para el pueblo de Dios y que de alguna manera pretenda destruirle, debe ser enfrentado con el poder del Espíritu Santo.

Declaremos ahora mismo: El Señor es nuestra fortaleza, el cual hace nuestros pies como de ciervas, y en nuestras alturas nos hace andar. (Habacuc 3:19)

Gracias Señor por darme la victoria siempre,

Gracias Señor porque tú peleas mis batallas.

Una vez más el Cristo de la gloria Vence,

Con su Santo Espíritu a Él nadie le gana.

El enemigo hace tiempos fue vencido,

Por nuestro Señor el Dios todopoderoso.

Le quitó sus armas dejándolo tendido,

¡Aleluya! ¡Gloria al Cristo Victorioso!

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