¿NECESITAS UN MILAGRO?

Por: Nelsi Rossi   https://sanidadespiritual.com/

1. Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.

3. Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.

4. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.

5. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro… (Juan 11:1-16).

Esta historia bastante conocida, relata que un discípulo de Jesús llamado Lázaro estaba enfermo. Jesús lo amaba como amaba a sus hermanas María y Marta y como ama a todos sus discípulos.

Marta y María enviaron la noticia a Jesús diciendo:

“Señor, he aquí el que amas está enfermo.”

Primero le dicen “Señor”. ¡Esto hace referencia al poder!

Segundo. “el que amas” ¡Compasión y misericordia!

Lo extraño es que al oír Jesús la noticia, él no se escandalizó ni reaccionó apresuradamente. Aun sabiendo que la hora de ir a la cruz estaba cerca, no se inquietó su corazón. Lázaro podía esperar.

El hecho de quedarse dos días más después de saber el estado de su amigo, da la impresión de que a Jesús no le interesaba. Pero no, ¡Jesús tiene el control de todas las cosas! Además, no se dejaba llevar por emociones ni nadie determinaba lo que debía hacer sino solo su Padre.

Jesús no desatendió lo que estaba haciendo para salir corriendo a la casa de Lázaro, porque tenía una prioridad: Hacer la voluntad del Padre. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. (Juan 6:38)

Conclusión:

1. La enfermedad de Lázaro fue una lección para fortalecer la fe de los discípulos de Jesús, la fe de Marta y de María, la fe tuya y la mía. Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, (1 Pedro 1:7)

2. Las acciones de Jesús fueron una demostración de su amor que excede a todo conocimiento. (Efesios 3:19)

3. La reacción de Jesús fue un acto de justicia, porque Él siempre hizo la voluntad del Padre.No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. (Juan 5:30)

¿Y qué diríamos de nosotros los que vivimos ahora?

¿Acaso estamos exentos de tomar la misma actitud?

Cuando algo sale mal cuestionamos el amor de Jesús,

Y queremos que él nos responda rápido y sin demora.

Nadie desea las pruebas, aunque son necesarias,

Solo queremos obtener lo que pedimos sin tardar.

 ¿Estás dispuesto a soportar de manera voluntaria?

¿O estás pidiendo recibir tus milagros sin esperar?

¿Era muy fácil para Jesús hacer a Lázaro la sanidad?

La respuesta sin duda alguna es Sí, ¡Absolutamente!

Pero no era la voluntad del Padre, definitivamente.

Era más glorioso resucitarle delante de mucha gente,

Creo que fue la razón más importante para esperar.

No sé si un milagro esperas que haga Jesús,

O si anhelas una respuesta que ha tardado.

Ten presente que el Señor murió en la cruz,

Pero que al tercer día fue resucitado.

Ese acontecimiento nos ha demostrado,

Que puede hacer más de lo que pides tú.

No desmayes mi hermano espera en su bondad,

También recibirás tu respuesta como no imaginas.

Pues, aunque Marta y María solo pedían sanidad,

Jesús las sorprendió con una resurrección divina.

Igual podría suceder contigo si no dejas de orar,

Porque siempre su oído a nuestra oración inclina.

Entradas relacionadas