GIGANTES QUE ESTORBAN

GIGANTES QUE ESTORBAN Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/ Dense cuenta de que el Señor su Dios les ha entregado la tierra. ¡Adelante! Tomen posesión de ella, conforme a la promesa del Señor, el Dios de sus antepasados. ¡No teman ni desmayen!  (Deuteronomio 1:21) RVC Toda persona ha prometido y ha recibido alguna…

GIGANTES QUE ESTORBAN

Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/

Dense cuenta de que el Señor su Dios les ha entregado la tierra. ¡Adelante! Tomen posesión de ella, conforme a la promesa del Señor, el Dios de sus antepasados. ¡No teman ni desmayen!  (Deuteronomio 1:21) RVC

Toda persona ha prometido y ha recibido alguna promesa. Creo que en eso tú y yo estamos de acuerdo. ¿Cierto? Sin embargo, si hacemos memoria de ellas, muchas han sido incumplidas.

Justamente, en esta ocasión haremos referencia a una promesa dada por Dios a su pueblo de Israel. ¿Cuál fue esa Promesa?

Éxodo 3:17 Y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.

La tierra prometida es una tierra de abundancia. Una fuente de leche y miel para los Israelitas. Dios ya se las había entregado desde tiempos antiguos. No obstante, su cumplimiento sería cuando ellos salieran de la esclavitud de Egipto. (Génesis 15:13) (Éxodo 3:7-8)

Cuando los Israelitas estaban a punto de entrar a la tierra prometida, sintieron temor por causa de los gigantes que allí habían. Detengámonos aquí y hagamos dos preguntas que son motivadas por lo sucedido en ese momento histórico:  
¿Cuántas promesas tú y yo hemos recibido de parte del Señor?

¿Cuántas promesas hemos tomado en posesión?


Posiblemente no tenemos la respuesta. Pero podríamos concluir que, así como sucedió con los israelitas, nosotros también enfrentamos gigantes que estorban. No son precisamente de carne y hueso, pero sí de orden espiritual.

Para mencionar algunos de los “gigantes” que combaten en nuestra alma, citemos, por ejemplo: el miedo (principal gigante), la baja autoestima, la inseguridad, la negligencia, la pasividad, la falta de fe, el desánimo, el orgullo, entre otros.

¿Qué gigante te está impidiendo tomar posesión de tus promesas?

En lo que a mi concierne, debo decir con certeza,

Que no he tomado posesión de todas mis promesas.

Si quizás es también tu caso estimado amigo lector,

Entonces veamos qué aconseja la palabra del Señor.

Dios en su palabra nos invita a continuar adelante,

Para tomar posesión de las promesas entregadas.

Anclados en el pasado no las vemos conquistadas,

Pero sí con confianza siendo firmes y perseverantes.

Con determinación y esfuerzo, así las obtenemos,

Recuerda que en Cristo tú eres más que vencedor,

Sigue adelante, ¡No te detengas mi estimado lector!

Entrega tus estorbos al Señor que con Él vencemos.

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