VASOS DE GLORIA

Por Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/

Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. (2 Corintios 4:6)

Así como Dios con autoridad ordenó que la luz resplandeciese en medio de las tinieblas y fue la luz, de igual manera ilumina los corazones cargados de pecado, para que se abran a la luz del conocimiento de su palabra y sean limpiados.

Las tinieblas desaparecen a medida que permitimos entrar la luz de Dios. Digo pues, que en la medida que recibimos el conocimiento de la palabra de Dios, la gloria del Señor Jesucristo será revelada en nuestros corazones. ¿Y para qué queremos la gloria de Dios? Petición que se hace a menudo en diferentes maneras: ¡Señor, queremos tu gloria! ¡Desciende con tu gloria! ¡Que se manifieste tu gloria!

¿Qué está queriendo decir Dios a través este texto en particular? ¿No es precisamente que requiere nuestros corazones para hacerlos residencia de su gloria?

La gloria de Dios la podemos recibir si permitimos que nuestras vidas sean sensibles a la revelación del conocimiento de su palabra viva. Gloria que deja brillar su luz en nosotros y nos convierten en recipientes que exaltan la excelencia de su poder. El apóstol Pablo lo dijo de esta manera: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, (2 Corintios 4:7)

Digamos ahora: “Ven Señor Jesús”,

Ilumina nuestros corazones con tu luz.

Para que, si las tinieblas quisieran entrar,

Ninguna comunión ellas puedan encontrar.

¡Ven y resplandece por favor en mi vida!

Quiero ser iluminada con tu luz admirable.

Quiero en tu presencia estar siempre rendida,

Para que fluya tu palabra como río incontrolable.

Que resplandezca la luz de tu conocimiento,

Y se ilumine con tu gloria todo mi corazón.

Que no haya oscuridad en algún aposento,

¡No permitas el pecado escondido por favor!