¿Te expulsarían de la isla?
Por Sheryl Boldt
Si tu vida y tus relaciones se decidieran en las urnas, ¿tu familia querría que te presentaras para otro mandato o te expulsarían?
¿Tu jefe votaría para seguir financiando tu puesto? ¿Tus vecinos pedirían que se rezonificara el límite de tu propiedad?
Cualquiera puede hacer un montón de promesas, pero ¿pueden confiar quienes dependen de ti en que harás el trabajo? ¿Pueden confiar en que dirás la verdad? ¿Asumirás la responsabilidad de tus acciones?
Proverbios 11:3 (ESV) dice: “La integridad de los rectos los guiará, pero la perversidad de los traidores los destruirá”.
¿Tienes problemas con la integridad?
¿Tu corazón late más rápido cuando tu jefe te pide que verifiques tu cuenta de gastos? ¿Te esfuerzas por explicarle a tu familia por qué llegaste tarde del trabajo? ¿Tienes problemas para mantener la coherencia de tus mentiras?
Cuando consideras la brevedad de tu vida y cómo tus decisiones afectan a las personas más cercanas a ti, la integridad se vuelve aún más importante. Si la integridad no te guía, tu vida comienza a desmoronarse a medida que las personas pierden la confianza en ti. A lo largo de los años, tu deshonestidad destruye sueños, pone en peligro empleos y daña familias.
¿Es así como quieres que termine tu historia? ¿Es esto lo que quieres que le pase a tu familia?
La Palabra de Dios nos enseña cómo vivir honestamente y tratar a los demás con honor. Cuando permites que Su gracia transforme tu corazón, Él te da poder para arrepentirte y pedir perdón a Él y a aquellos a quienes has engañado.
Pero la dura verdad permanece: una vez que te hayas establecido como una persona engañosa, restaurar la confianza de tu familia y amigos será un viaje largo y difícil, para ti y para aquellos que alguna vez creyeron en ti. Mientras reparas tu reputación, pídele a Dios que te ayude a resistir el enojo cuando otros duden de tu nueva honestidad. (Recuerde, su familia odia desconfiar de usted aún más de lo que usted odia que desconfíen de usted). Déles el tiempo que necesitan para ver que usted realmente ha cambiado.
Decida hacer lo que sea necesario para ser una persona de palabra. Considere unirse a un estudio bíblico, recibir asesoramiento y rendirle cuentas a un confidente de confianza.
Cumpla con sus promesas de “campaña”. Compórtese con integridad. Entonces no tendrá problemas para ganar el voto popular de sus partidarios más leales: su familia y amigos.
Sheryl H. Boldt escribe ficción y no ficción para niños y adultos. Sus devocionales aparecen en más de 34 periódicos. También es la autora del blog www.TodayCanBeDifferent.net. Conéctese con ella en [email protected].