¡Mañana el Señor hará Maravillas!

Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/ Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque el SEÑOR hará mañana maravillas entre vosotros. (Josué 3:5) Aquí se escucha la voz de un líder dando instrucción al pueblo. Pero no es una voz dando órdenes solo por cumplir un deber. ¡Claro que no! Se trata de un hombre comprometido…

Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/

Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque el SEÑOR hará mañana maravillas entre vosotros. (Josué 3:5)

Aquí se escucha la voz de un líder dando instrucción al pueblo. Pero no es una voz dando órdenes solo por cumplir un deber. ¡Claro que no! Se trata de un hombre comprometido con Dios de llevar su pueblo a tomar posesión de las promesas.

Dios había prometido que su pueblo entraría a la tierra que fluye leche y miel. ¡De hecho ya les había dado la tierra! Sin embargo, Josué debía tomar acciones de obediencia para tomar posesión de ella. La primera acción era santificarse para poder ver las maravillas.

A todos los que somos pueblo de Dios, nos cobija el mismo mandato de la Santificación, tal como está escrito en Hebreos 12:14 que dice:

“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”

Dios ha prometido manifestar su gloria. Dios quiere revelar sus maravillas. Pero… ¿Será posible verlas viviendo una vida sin santidad?

Señor, por favor ayúdame a estar preparada,

Con mi alma anhelo ver tu poder y tu gloria.

Porque sé que cuando asome cuál alborada,

Solo en santidad veré tus maravillas notorias.

Mañana tú has dicho que lo vas a hacer,

Entonces hoy yo debo ser fiel en obedecer.

Ordenando mi vida y viviendo en santidad,

Para poder ver tu gloria y de ella participar.

Necesito vigilar mi vida responsablemente,

Esto me corresponde de manera personal.

No puedo ante este llamado ser indiferente,

Cuando mi Amado ya está listo para regresar.

He oído tu dulce voz ¡Oh bendito Salvador!

Redentor de mi alma Señor Jesús Amado.

Has que pueda ver tu esplendor por favor,

El esplendor de tu gloria Cristo resucitado.

 Harás todo lo prometido y lo harás sin tardar,

Tu palabra habla a mi corazón y a mis oídos.

Determino entonces con fe y paciencia esperar,

Mientras tanto me santifico, pues, te he creído.

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