Los Que Esperan En El Señor
Por: Nelsi Rossi | http://sanidadespiritual.com/
Aún los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes tropiezan y caen. Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán. Isaías 40:30-31 (RVA-2015)
¡” No tengo fuerzas, ¡Siento que ya no puedo más”! Estas son expresiones de alguien que se ha agotado esperando el cumplimento de una promesa, especialmente si le ha causado gran dolor. Razón tuvo el sabio Salomón para escribir inspirado por el Espíritu Santo diciendo: La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido. Proverbios 13:12
También está escrito: Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. 1 Corintios 13:13
Tres cosas permanecen: La fe (Confianza en Dios).
La esperanza (Seguridad de que Dios cumplirá sus promesas).
El amor (Una entrega sacrificial).
A propósito de la “Esperanza”, yo pienso a manera personal, que a veces se usa popularmente esta palabra traducido en términos de recibir algo bueno con relación a los anhelos personales; pero al leer las Sagradas Escrituras nos damos cuenta que la esperanza no está apoyada en mis propios deseos o en circunstancias fortuitas, es decir, en algo que sucede inesperadamente o por casualidad, sino en lo que Dios ha prometido dar cuando se obedece su palabra.
Siendo La esperanza la seguridad de que Dios cumplirá sus promesas, ¿Cómo podríamos orar y esperar el cumplimiento de ellas sin apoyarnos en su palabra? ¡Por supuesto que no! Pues, nuestras oraciones son basadas en las declaraciones fidedignas del Dios justo.
Hoy el valor de esperar se me ha hecho más evidente. He entendido que mientras espero, mi amor crece y se purifica. Por eso el mayor de todos es el amor, que permanece para siempre.
Tiene sentido esperar creyendo en la fidelidad de un Dios de amor, para que también la paciencia crezca en nosotros, tal como leemos a continuación:
Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Romanos 8:24-25
Ven, entonemos un cántico con gratitud y gozo,
Al que nuevas fuerzas nos ha prometido dar.
Elevemos nuestras voces al Dios todopoderoso,
Démosle la Gloria por sus bendiciones sin par.
Señor, las fuerzas que vienen de ti quiero,
Es una de las razones para orar sin cesar.
Porque, aunque se hayan reducido a cero,
Has prometido que me las vas a multiplicar.
Por eso cuando pienso que ya más no puedo,
Tu gran amor me impulsa a creer y a esperar.