JESÚS, El Mayor Ejemplo De Humildad
Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría. (Proverbios 11:2)
Wikipedia, la enciclopedia libre dice que la humildad (cristianismo) es una virtud moral contraria a la soberbia que posee el ser humano al reconocer sus habilidades, cualidades y capacidades, y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo.
El diccionario enciclopédico “Santel” la define como Virtud consistente en el conocimiento de nuestra pequeñez y proceder en consecuencia. Sumisión, acatamiento.
La Biblia, la Palabra de Dios, desde Génesis hasta Apocalipsis aborda el tema de la humildad en todas sus dimensiones. Y en el libro de Proverbios, escrito por el rey Salomón, aprendemos bastante de ella.
La Biblia registra que Salomón se consideró muy pequeño para gobernar un pueblo muy grande. Sin embargo, no hay mejor historia de humildad que la historia de Jesús.
La humildad Bíblica no es despreciarnos ni tener una pobre opinión de nosotros mismos. No se trata de auto-afligirnos diciendo “no soy nada, no valgo nada”; porque Cristo murió por nosotros, por tanto, somos de gran valor.
La humildad a la que se refiere la Biblia es señal de madurez espiritual. Por causa de esa madurez, en ocasiones se decide ceder los “derechos” a otros para bien del Reino de Dios.
La humildad se refleja en la manera en que nos sometemos a las autoridades, tanto espirituales como terrenales. También se refleja en la manera en que resolvemos nuestras dificultades.
La humildad Bíblica es lo opuesto a la soberbia, a la arrogancia, jactancia, obstinación… Las cuales son caras de un mismo pecado: el orgullo.
Veamos dos antítesis de la Humildad:
1. Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios. (Proverbios 16:19)
2. La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra. (Proverbios 29:23)
Nosotros conocemos a través de las Sagradas escrituras, que la humildad fue lo que le permitió a Jesús ser exaltado por el Padre hasta lo sumo y recibir un Nombre que es sobre todo nombre. (Filipenses 2:5-11)
Cuando estudiamos acerca de la vida de Jesús, nos damos cuenta que Él no se llamó a sí mismo Hijo de Dios, aunque sí lo era, sino que prefirió llamarse el hijo del Hombre en señal de humildad.
Jesús no quiso recibir aplausos ni elogios de la gente. Por último, aceptó la Cruz que no merecía llevar, porque estaba dispuesto a hacer la Voluntad del Padre. (Marcos 14:36)
Por su humildad, el Señor Jesús recibió la Gracia de Dios. (Juan 1:14) Esta misma gracia es dada a todos los que le obedecen. (Santiago 4:6) (Proverbios 3:34)
Tal como Jesús fue exaltado por el Padre Celestial a causa de su obediencia, nosotros también seremos exaltados si nos humillamos. (1 Pedro 5:6)
Hay una orden dada por Nuestro Señor Jesucristo que dice: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; (Mateo 11:29).
La única manera en que podemos suministrarle descanso al alma es en humillación; lo cual significa hacer la Voluntad del Señor y no la nuestra, tal como Jesús lo hizo.
¿Hay otro mejor ejemplo que el de nuestro Señor Jesús?
¿Que aun cuando lo injuriaban y escupían no respondía?
Libremente entregó su vida y se dejó colgar en una cruz,
¡Oh Cordero de Dios que por amor sufriste cruel agonía!
Viniste a la tierra por amor y en obediencia al Padre Celestial,
Aun siendo Dios no lo consideraste como algo para aferrarte.
Sino que, renunciando a tus privilegios y con toda humildad,
Adoptaste la posición de un esclavo de manera humillante.
Es el mayor ejemplo de humildad que existe en la historia,
Que ni Abraham, Moisés, David o Pablo lo pueden superar.
Jesús decidió venir en carne despojándose de su gloria,
A derramar su preciosa sangre por toda la humanidad.