La historia de Rosa: diabetes tipo 2 (México)

Marcos Otero Publicado: noviembre 2, 2024

Primer plano de las manos de una persona mayor unidas, que sostiene un paño amarillo. La persona lleva un anillo de bodas en el dedo anular. Está vestida con una camisa azul oscuro y un cárdigan azul estampado. Las manos muestran signos de envejecimiento.

La historia de Rosa: diabetes tipo 2 (México)

Nuestro paciente:

Paciente: Rosa, 58 años

Ubicación: Guadalajara, México

Tipo de diabetes: diabetes tipo 2

Antecedentes:

Rosa, una abuela de 58 años de Guadalajara, siempre había sido conocida por su deliciosa cocina. Se enorgullecía de preparar platos tradicionales mexicanos como pozole, tamales y churros para su familia. Con el paso de los años, Rosa notó que había aumentado de peso, pero no le dio mucha importancia. Después de todo, estaba envejeciendo y llevaba un estilo de vida más sedentario, ya que pasaba tiempo con sus nietos.

En uno de sus controles de rutina, su médico expresó su preocupación por el aumento de sus niveles de azúcar en sangre, su aumento de peso y la presión arterial alta. Sugirió que podría estar en riesgo de padecer diabetes tipo 2, pero Rosa no se sentía diferente, por lo que al principio no lo tomó demasiado en serio. Rosa pensaba que la diabetes tipo 2 era algo que sólo le pasaba a otras personas.

Presentación de los síntomas:

Con el tiempo, Rosa empezó a notar algunos cambios. Tenía sed a menudo y necesitaba beber agua constantemente. Se despertaba con frecuencia por la noche para ir al baño y a veces sentía los pies y las manos entumecidos. Lo atribuía al envejecimiento, pero también se sentía cansada la mayor parte del tiempo, incluso después de dormir toda la noche. Rosa también estaba aumentando de peso en la zona media del cuerpo, algo que no parecía poder controlar a pesar de sus intentos de comer un poco más sano.

En su siguiente visita al médico, le hicieron una prueba de A1c y el resultado mostró un 7,9 %, lo que confirmó que tenía diabetes tipo 2. Rosa se sorprendió, pero los síntomas habían estado ahí desde el principio.

Síntomas principales:

– Aumento de la sed (polidipsia)

– Micción frecuente (poliuria)

– Fatiga y falta de energía

– Entumecimiento y hormigueo en las extremidades

– Aumento de peso, especialmente alrededor del abdomen

Diagnóstico y tratamiento:

El médico de Rosa explicó que la diabetes tipo 2 se desarrolla cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina o no produce suficiente insulina para mantener los niveles de azúcar en sangre normales. Dados sus síntomas, su peso y los antecedentes familiares de diabetes (su madre había desarrollado la enfermedad más adelante en su vida), el diagnóstico no fue inesperado. Sin embargo, fue una realidad difícil de aceptar para Rosa. Sabía que tendría que hacer cambios significativos en su estilo de vida, algo que no había previsto.

Plan de tratamiento:

– Medicamentos orales (metformina) para ayudar a controlar el azúcar en sangre

– Control regular del azúcar en sangre

– Una dieta estricta enfocada en reducir la ingesta de carbohidratos y azúcar

– Mayor actividad física, como caminar diariamente

– Plan de pérdida de peso con el objetivo de perder entre el 10 y el 15 % de su peso corporal

Al principio, Rosa tuvo dificultades con estos cambios. Muchos de los alimentos que le encantaban, como las tortillas, el arroz y los dulces, ahora estaban restringidos. Su médico la animó a comer más verduras, proteínas magras y cereales integrales. También la derivó a un nutricionista que la ayudó a elaborar planes de alimentación que se adaptaran a sus gustos y al mismo tiempo mantuvieran bajo control su nivel de azúcar en sangre.

Complicaciones:

Rosa corría el riesgo de sufrir varias complicaciones relacionadas con la diabetes tipo 2, incluidas enfermedades cardíacas, problemas renales y daño a los nervios. Ya presentaba signos tempranos de neuropatía diabética, como lo indicaba el entumecimiento en los pies y las manos. Además, su presión arterial alta planteaba un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

En el primer año después de su diagnóstico, Rosa tuvo dificultades para cumplir plenamente con su plan de tratamiento. Sus niveles de azúcar en sangre se mantuvieron altos y tuvo dificultades para perder peso. Esto provocó que su neuropatía empeorara, lo que le causaba dolor y entumecimiento más frecuente en los pies.

Su médico le recordó que la diabetes no controlada podía provocar complicaciones aún más graves, como retinopatía diabética (que afectaba su visión) y daño renal. Estas advertencias, combinadas con ver a una amiga desarrollar complicaciones graves a causa de la diabetes, motivaron a Rosa a tomar su condición más en serio.

Complicaciones que enfrentó:

– Neuropatía (entumecimiento en manos y pies)

– Presión arterial alta, que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca

– Riesgo elevado de enfermedad renal y retinopatía

Apoyo cultural y familiar:

Cambiar su dieta fue particularmente difícil para Rosa, que estaba profundamente conectada con sus tradiciones culinarias. La cocina mexicana es rica en carbohidratos y a Rosa le resultó difícil reducir su consumo de tortillas, arroz y bebidas azucaradas como aguas frescas.

Sin embargo, con el apoyo de su familia, Rosa comenzó a preparar versiones más saludables de sus comidas favoritas. Por ejemplo, empezó a usar tortillas de nopal en lugar de las tradicionales tortillas de maíz, que tienen menos carbohidratos. También aprendió a hacer alternativas más saludables a los platos tradicionales como el mole y las enchiladas, sustituyendo las cremas espesas y los quesos por ingredientes más ligeros.

Al principio, su familia se resistía, pero después de ver lo comprometida que estaba Rosa con su salud, comenzaron a apoyar sus esfuerzos. Sus nietos incluso la acompañaban en sus caminatas diarias, que se convirtieron en una actividad familiar divertida.

La vida hoy:

Dos años después de su diagnóstico, Rosa ha perdido el 12 % de su peso corporal y sus niveles de A1c han bajado al 6,5 %. Está más activa que nunca, camina 45 minutos todos los días y hace un entrenamiento de fuerza ligero. Aunque todavía lucha con niveles altos de azúcar en sangre ocasionales, tiene un mejor control de su condición.

Rosa se ha convertido en un modelo a seguir en su comunidad local, donde la diabetes tipo 2 es común. Comparte su historia en ferias de salud comunitarias y con amigos y vecinos, alentándolos a hacerse la prueba temprano y a tomar la diabetes en serio antes de que surjan complicaciones. Ahora se siente empoderada por su experiencia y está comprometida a mantener su salud, no solo para ella misma sino para su familia, para poder estar allí para ellos en los próximos años.

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