Fracasan dos proyectos para la transición a autobuses eléctricos en el sur de Florida
Las autoridades de Hallandale Beach y Miami-Dade invirtieron $126 millones de dólares para adquirir 111 autobuses eléctricos, de los cuales solo siete funcionan
Por Evaristo Lara, Huella Zero
En abril del año pasado, Hallandale Beach —ubicada en el condado de Broward— se convirtió en la primera ciudad del sur de Florida en contar con una flota de autobuses completamente eléctricos.
“El transporte eléctrico significa un aire más limpio y una mejor calidad de vida para nuestros residentes. El tiempo de espera reducido es un gran logro y este fue un gran proyecto que se llevó a cabo durante cinco años”, indicó Noemy Sandoval, administradora municipal adjunta de Broward.
Las autoridades invirtieron 54 millones de dólares para adquirir 42 autobuses eléctricos. Sin embargo, 11 meses después el presunto avance para combatir la contaminación atmosférica parece haber sido un mal negocio.
Actualmente ninguna de esas unidades circula. Permanecen estacionadas en espera de piezas para poder repararlas.
BYD, fabricante de vehículos de origen chino con el que se estableció el acuerdo de compra, no muestra disposición para atender las necesidades de su cliente en Florida
Una situación aún más compleja ocurre en Miami-Dade, donde sus autoridades invirtieron $72 millones de dólares a cambio de 75 autobuses eléctricos, de los cuales la compañía californiana Proterra únicamente les entregó 69 antes de declararse en quiebra.
De estos vehículos, solo funcionan entre seis y siete, mientras que el resto presentan fallas que impiden su uso.
¿Qué problemas influyeron?
Hallandale Beach y Miami-Dade enfrentan el mismo problema: la deficiencia de los autobuses eléctricos adquiridos
En ambos casos y pese a ser ensamblados por compañías distintas, en promedio requieren ser reparados después de rodar en el asfalto unas 600 millas. En contraste, los autobuses viejos que utilizan combustibles fósiles requieren ser ingresados al taller cada 4,500 millas.
Otra desventaja de estos autobuses eléctricos tiene que ver con la complejidad de su software, el cual requiere más atención de programadores para ponerlo a punto que de un experto en mecánica. Identificar estos factores es clave para futuros proyectos de transición a vehículos limpios.
Garantía de las unidades
Las autoridades de Miami-Dade esperan que Phoenix EV, compañía que adquirió a Proterra, se responsabilice de la garantía de las 69 unidades entregadas hasta el momento.
“Ya hemos identificado oportunidades de crecimiento atractivas a medida que agregamos autobuses de tránsito a nuestra oferta de productos y esperamos brindar servicio a los clientes existentes de Proterra Transit y desarrollar relaciones a largo plazo con ellos”, señaló recientemente la compañía a través de un comunicado.
Con 111 autobuses eléctricos averiados, los $126 millones de dólares que se pagaron por ellos generan dudas sobre el futuro de la movilidad de grandes grupos de personas en vehículos eléctricos.
Para el presidente Donald Trump esto podría ser lo mejor que está pasando. El mandatario respalda la producción y aprovechamiento de los combustibles fósiles y rechaza la transición a energías limpias, a pesar de la contaminación que profundizará el cambio climático.
Actualmente, en un país con más de 340 millones de habitantes, solo hay 6,000 autobuses eléctricos, de los cuales 1,000 son de transporte escolar. Esta cifra refleja el estado actual del sector automotriz, mientras el cambio climático avanza con el acelerador a fondo.