Cuida tu Corazón

Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/ Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. Más ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. (Salmos 66:18-19) ¿Desde dónde se mira a la iniquidad? ¿Desde dónde se mira el pecado?  Respondamos diciendo que…

Por: Nelsi Rossi https://sanidadespiritual.com/

Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. Más ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. (Salmos 66:18-19)

¿Desde dónde se mira a la iniquidad? ¿Desde dónde se mira el pecado? 

Respondamos diciendo que nuestros ojos físicos son especie de ventanas desde donde se asoman los deseos y las intenciones del corazón.

Lo que se mira en el corazón ha sido ya almacenado como consecuencia del deseo humano. Lo que se mira con los ojos podría ser el asomo de una simple curiosidad visual. Lo trágico de todo sería si nos detuviéramos a contemplar lo dañino, pues, las repercusiones serían eternas. Una de esas repercusiones sin lugar a dudas es el estorbo a nuestras oraciones.

Porque, ¿Quién no desea ser escuchado por Dios? Podríamos decir que todos en alguna manera desean ser escuchados por Dios, aunque no lo manifiesten públicamente.

Si tú eres esa persona que desea y necesita ser escuchada por Dios, por favor toma nota de la siguiente advertencia:

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. (Proverbios 4:23)

No mires en tu corazón a la iniquidad,

Entonces el Señor tu oración escuchará.

Ha dicho que la voz de tu ruego atenderá,

Mi Dios que es fiel, él ciertamente lo hará.

Quiero un corazón integro que oriente mi mirada,

  Para indicarle a mis ojos hacia dónde deben mirar. 

De tal manera que mi vida no te desagrade en nada,

¡Oh Dios! Así sé que mis oraciones tú vas contestar.

Señor, sean purificados mis ojos con colirio,

Por favor, que mi corazón busque la santidad.

Entiendo que es la mejor manera de sentir alivio,

Cuando amo lo recto y aborrezco toda maldad.

Que sea mi corazón un depósito de tu paz,

Donde a ti siempre te permita permanecer.

Para apartarme del pecado y de la iniquidad,

Entonces mis oraciones tú vas a responder.

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