Consejos para líderes emergentes: autenticidad
Por Express Employment Professionals, The Express Blog, 16 de mayo de 2024
Liderar con éxito un equipo puede ser uno de los aspectos más gratificantes de la carrera de un profesional. Sin embargo, dirigirse eficazmente a un grupo diverso puede resultar difícil para los nuevos líderes. Desde la comunicación abierta y el reconocimiento hasta la delegación y el empoderamiento, pasando por la autoconciencia y la empatía, hay una gran cantidad de flechas de liderazgo que los profesionales deben llevar en sus carcaj para tener éxito. Por eso, durante esta serie, examinaremos 12 áreas de enfoque y revelaremos consejos prácticos para ayudar a los nuevos líderes en algunos de los aspectos más importantes del liderazgo. Undécimo arriba: autenticidad.
Autenticidad
La palabra “integridad” deriva de la raíz “integral”, que significa todo o completo. Un líder íntegro puede verse como un diagrama de Venn en el que ambos círculos se ven como uno solo, a diferencia de la clásica interpretación entrelazada. Todas las partes del individuo son íntegras y transparentes creando autenticidad. Ser un líder auténtico que es transparente y cómodo consigo mismo no es sólo lo que los empleados desean en el liderazgo, también es necesario ser el mejor líder posible, ya que las investigaciones muestran que las personas no auténticas pueden ser hasta un 20% menos productivas que aquellas que son capaces de presentarse como completamente auténticos.
Sin embargo, según Harvard Business Review, sólo el 18% de las personas confía en que los líderes empresariales sean sinceros; es más, casi la mitad de los gerentes no confían en que sus líderes hagan lo correcto. La desconexión se puede atribuir a un bajo nivel de liderazgo auténtico en las organizaciones. Para solucionar este problema, los expertos han identificado cuatro componentes clave del liderazgo auténtico en los que centrarse: autoconciencia, transparencia relacional, procesamiento equilibrado y un código moral sólido.
Conciencia de sí mismo
Los líderes exitosos son personas muy conscientes de sí mismas y alinean sus valores con sus comportamientos. Los líderes eficaces saben cómo liderarse a sí mismos primero, comprendiendo el impacto de las decisiones que toman, así como la influencia que tienen. Por el contrario, los líderes obtusos son aquellos que dictan a los demás sin darse cuenta ni importarles cómo las decisiones afectan a los demás.
Transparencia relacional
Si bien es importante tener límites profesionales saludables en el lugar de trabajo, también es importante que los líderes compartan su verdadero yo con su equipo. Aquí es donde la integridad es clave: mostrarse completo sin crear una versión fabricada y poco realista que crea que su equipo necesita. Los líderes auténticos muestran sus fortalezas y debilidades a su equipo, siendo transparentes en sus victorias y fracasos. Esto es clave para generar confianza entre su equipo.
Procesamiento equilibrado
Los humanos tendemos a procesar la información de manera diferente dependiendo de qué lado del cerebro esté involucrado: el izquierdo racional o el izquierdo empático. Un líder exitoso es capaz de procesar datos y al mismo tiempo equilibrar ambos. Este tipo de información autorregulada es un aspecto importante de la inteligencia emocional que ayuda a desarrollar un líder empático. Al enfrentar obstáculos, establecer objetivos o problemas de gestión, es importante sopesar diferentes alternativas, considerar todos los resultados y poder explicar todas las decisiones a los empleados. Ser transparente sobre los sentimientos, motivos y valores personales que influyen en la toma de decisiones ayuda a solidificar la integridad cultural dentro de la organización.
Código moral fuerte
Los líderes que tienen un código de ética estable y establecido, viven y lideran ayudando a establecer un estándar para sus empleados. Saber que todas las decisiones se filtran a través de valores específicos ayuda a los empleados a sentirse seguros y cómodos de que el liderazgo tiene en cuenta sus mejores intereses. Y construir una cultura en torno a un conjunto específico de valores y ética puede ayudar a una organización a unirse en torno a un objetivo ético específico, alentando a todos los participantes a adoptar el mismo código moral.