No Le Robes A Dios

No Le Robes A Dios Por: Nelsi Rossi   http://sanidadespiritual.com/ Hijos de Jacob, yo soy el Señor, y no cambio. Por eso ustedes no han sido consumidos. 7 Desde los días de sus antepasados no se han sometido a mis leyes, sino que se han apartado de ellas. Pero si se vuelven a…

No Le Robes A Dios

Por: Nelsi Rossi   http://sanidadespiritual.com/

Hijos de Jacob, yo soy el Señor, y no cambio. Por eso ustedes no han sido consumidos. Desde los días de sus antepasados no se han sometido a mis leyes, sino que se han apartado de ellas. Pero si se vuelven a mí, yo me volveré a ustedes. Yo, el Señor de los ejércitos, lo he dicho.»

Pero ustedes dicen: «¿Cómo está eso de que debemos de volvernos a ti?»

«¿Habrá quien pueda robarle a Dios? ¡Pues ustedes me han robado! Y sin embargo, dicen: “¿Cómo está eso de que te hemos robado?” ¡Pues me han robado en sus diezmos y ofrendas! Malaquías 3: 6-12 RVC

El pasaje Bíblico de hoy nos recuerda un principio espiritual para recibir de Dios hasta rebosar: Ser obedientes en dar a Dios lo que a Él le pertenece. Un día entendí este principio y desde entonces he recibido respuestas Admirables. Porque Dios nunca miente. Porque Dios nunca falla. No obstante, cada promesa divina va acompañada de un deber, es decir que, por cada promesa creída y obedecida, Dios nos adjudica los beneficios inherentes a ella. Es así como los hijos de Dios somos completamente saciados de las grosuras de su casa, y bebemos del río de sus delicias. ¡Miren cómo trabaja el Dios de pactos!

Ahora bien, siendo obedientes en dar a Dios lo que a él le corresponde, se nos admite afirmar como el rey David: “El Señor es mi pastor; nada me faltará.” (Salmos 23:1)

¿Por qué el salmista estaba seguro de que nada le faltaría? ¡Por su obediencia! De la misma manera, cuando nosotros decimos “el Señor es mi pastor”, nos estamos identificando con esa “oveja” que oye y obedece a su pastor, entonces como consecuencia queda garantizada nuestra provisión futura.

El Salmo 23 es un buen ejemplo que revela la generosidad del Señor en respuesta a la obediencia de sus hijos.

La primera característica de una oveja descrita en Juan 10:27 es que oye la voz de su pastor: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.

Usemos esta última referencia para decir al Señor,

Quiero ser como esa oveja que te sigue y oye tu voz.

Que se somete a ti sin reservas para ser reconocida,

Recíbeme y perdona mis pecados ¡Oh mi buen pastor!

Hoy decido volverme a ti ya que por mi tú diste tu vida.

No te robaré más, hoy me comprometo a obedecerte,

Tal como hizo zaqueo cuando arrepentido vino a Jesús.

Hoy mismo quiero amistarme contigo, quiero conocerte,

Para vivir a tu lado eternamente que es la mejor virtud.

Reconozco que toda buena dádiva de ti la he recibido,

En gratitud abriré mis manos y daré con generosidad.

También lo más importante que aún no te había rendido:

Mi corazón que ya me habías pedido yo te lo quiero dar.

Gracias mi Senior por recibirme, gracias por amarme.

Nada que sea tuyo ni de nadie volveré jamás a robarme.

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