¿AMAS A DIOS?
Por: Nelsi Rossi | https://sanidadespiritual.com/
Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. (Juan 15:10)
He entendido que el significado más aproximado de “Guardar los mandamientos de Dios” es Obedecer su Palabra. Es decir, ponerla por obra. Esto indica que no es de mucho valor declarar amor por el Señor, sin tomar acciones que demuestren nuestra total obediencia. Esta obediencia traerá como resultado nuestra permanencia en su amor.
Si por obedecer la palabra de Dios somos llenos de su amor, permaneciendo en Él también somos capacitados para soportar, para creer, para perdonar…
*Yo no puedo recibir ni dar el amor de Dios, sin obedecer su Palabra.
* La obediencia a Dios me capacita para amar.
Si obedecemos a Dios y su Palabra está en nosotros, seremos testimonio fiel de su amor. Entre más le obedecemos, más de su amor recibimos y más cerca estaremos de su corazón.
Así lo confirman las siguientes palabras dichas por el Señor Jesucristo:
“El que me ama, mi Palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él…” (Juan 14:23)
Que mi nuevo corazón esté presto a obedecerte, Señor,
Que sea consciente de tu presencia y viva ante ti rendida.
Que no haya una sola razón que me aparte de tu favor,
Ensancha tu amor en mí. ¡Por favor llena toda mi vida!
¿Cómo podría ser capaz de aislarme de tu lado?
¿Habiendo conocido al dador del verdadero gozo?
¿Si lo más sublime es el amor que me has dado?
Por favor quédate conmigo y disfrutaré tu reposo.
No te afanes alma mía pues Dios está presente,
Él no te ha abandonado y nunca jamás te dejará.
Lo ha prometido en su Palabra ciento de veces,
Esta es la mejor garantía para tu tranquilidad.
Es por eso que anhelo fervientemente tu Palabra,
Para saciarme amado mío del bien de tu corazón.
Sin ti no hay contentamiento, sin ti no existe nada,
Fuera de ti es como vivir sin alma y fuera de razón.
Gracias Jesús por morir en mi lugar en esa cruz,
Dándonos el máximo ejemplo de leal obediencia.
El amor fue tu motor y es nuestra mayor virtud,
Honro tu majestad y exalto tu dulce presencia.